Una lectura retrospectiva del #8A a la luz del principio de reconocimiento y del principio de distribución.
On 03/02/2020 by adminEl 8 A en Argentina: entre el oportunismo político y la oportunidad histórica
Hace ya dos períodos legislativos, asistimos en Argentina al debate de mayor impacto parlamentario, mediático y social que se dio en los últimos años en torno a la legalización del aborto. La fecha que se instaló como emblemática fue el ocho de agosto. Ese día un grupo de 38 senadores y senadoras votaba en contra del Proyecto de Interrupción Legal del Embarazo y dejaba a la deriva, con su voto, el reclamo de miles de mujeres[1]. Este hecho político y social cristalizó una serie de demandas y una lucha histórica del movimiento feminista, que ahora se popularizaba y se introducía en cada escenario de discusión (cenas familiares, escuelas, oficinas, recitales, facultades, espacio público, etc.)
En el presente artículo no se busca indagar sobre la respuesta que esos Senadores y Senadoras dieron con su voto negativo a una demanda social – que bien podría llevarnos líneas y líneas sobre la decadencia de la clase política y el sistema representativo- sino reflexionar sobre algunas consignas que se hicieron visibles por esos días al calor del debate y en el marco de un gobierno -como el macrista- de corte neoliberal.
Algunas de esas consignas señalaban que el derecho aborto era un “reclamo clasista” (así como toda la causa feminista), que se trataba de una cuestión que acuciaba a las mujeres de clase media y media alta que podían dar estos debates porque no tenían otros problemas que atender, como por ejemplo los de la pobreza. En este sentido, se podía escuchar en diversos espacios y también en medios de comunicación, que el gobierno nos estaba “entreteniendo” con el debate por el aborto mientras tomaba una enorme cantidad de deuda con el FMI[2], o bien que se trataba de un “oportunismo político” al que el movimiento de mujeres se estaba prestando.
Una pregunta que se repetía era “¿por qué Macri, al frente de un gobierno conservador y quien se ha manifestado en público en contra del aborto, abre ahora la puerta a discutir una ley que lo permite?”[3]. Algunos sostenían que era una maniobra política, otros sostenían que era posible dar ese debate a la luz de un gobierno de matriz liberal que, si bien no propone distribución equitativa de los ingresos, sí podía ampliar la esfera de las libertades individuales. Cabe señalar que, sobre este punto se podrían inscribir discusiones filosófico – políticas en torno a la democracia y al liberalismo[4] que no desconozco pero que no resultan ser el eje de este artículo, aunque sin duda se relacionan con el mismo.
El aborto legal entre el principio redistributivo y el principio del reconocimiento
Lo que pudo haber estado en el fondo de los argumentos antes descriptos, es la idea que propone Nancy Fraser cuando hace referencia al principio de reconocimiento y el principio de distribución y a la falsa relación antitética entre uno y otro.
La autora, explica que “las reivindicaciones de justicia social se dividen, cada vez más, en dos tipos. El primero, está constituido por las reivindicaciones redistributivas, que pretenden una distribución más justa de los recursos y de la riqueza”, mientras que “el segundo tipo de reivindicación de justicia social es la que se denomina “política de reconocimiento. Aquí, el objetivo, en su forma más verosímil, es un mundo que acepte la diferencia”[5]. De este modo, expresa cómo cada uno de esos principios evocan ideas diferentes de justicia. El paradigma de la redistribución se centra en injusticias que define como socioeconómicas y supone que están enraizadas en la estructura económica de la sociedad. El paradigma del reconocimiento en cambio se enfrenta a injusticias que interpreta como culturales, que supone enraizadas en patrones sociales de representación, interpretación y comunicación.
Entonces frente a este binarismo pareciera que el reconocimiento de un derecho (el aborto) y de un sector social (las mujeres o personas gestantes) inhabilitaría, o al menos no supondría de ante mano, el principio redistributivo.
La propuesta conceptual de Nancy Fraser, que tiene ya varios años y que sin duda la autora ha ido perfeccionando y afinando, se acerca a algo de lo que sucedió a nivel del humor social, del discurso de ciertos medios de comunicación y, sobre todo, de los relatos que se iban tejiendo en las estructuras gremiales y partidarias que sostenían la importancia de hacerle frente al macrismo y que el ala progresista opositora no podía fragmentarse por un tema como el aborto.
Planteado en estos términos, el derecho a interrumpir un embarazo pareciera ser un derecho de reconocimiento. Se trata, claramente, de un derecho personal, que pertenece al fuero íntimo de una persona gestante. Corresponde al campo de las libertades individuales. O así debería ser. Pero, además de ser una cuestión de reconocimiento, se trata de una política redistributiva. El aborto al que accede un sector que lo puede pagar en condiciones seguras, seria en cambio un derecho para todes, en condiciones de igualdad, si esta fuera una práctica legal.
De este modo, los argumentos que ubicaban el debate sobre el aborto en un sitio menos relevante que los debates económicos, desconocían u ocultaban, la idea central: decidir sobre el propio cuerpo es decidir sobre la primera fuerza de trabajo, sobre una unidad económica, productiva, y en este caso re-productiva de la fuerza de trabajo, tal como sostiene Federici[6]. Es decir, hay una disputa por el principio de la redistribución. Además, claro, sobre el principio de reconocimiento. En este caso reconocer el derecho de las personas gestantes a decidir, es también reconocer la cantidad de personas que no desean ser madres, los embarazos no deseados que provienen de violaciones, las niñas y adolescentes que no deben ser madres obligadamente, y el derecho al goce, como popularizo un senador el día del debate. Es decir, supone reconocer una serie de situaciones vitales que se vuelven invisibles en la ilegalidad o clandestinidad del aborto.
Todas las “RE” son necesarias
En definitiva, estamos ante una categoría “bidimensional” (derecho al aborto legal de las personas gestantes). En palabras de Fraser “los grupos bidimensionalmente subordinados padecen tanto una mala distribución como un reconocimiento erróneo en formas en las que ninguna de estas injusticias es un efecto indirecto de la otra, sino que ambas son primarias y co-originales. Por tanto, en su caso, no basta ni una política de redistribución ni una de reconocimiento solas. Los grupos bidimensionalmente subordinados necesitan ambas”.
Este artículo, adscribe a la idea de la Fraser iniciática, hay justicia siempre que haya reconocimiento y redistribución, y sumaria tiempo después, representación (aspecto, este último, que se vuelve central a la hora de pensar la política parlamentaria en Argentina respecto de los temas de género). Además, este artículo, hecho con el diario del lunes, viene a recordarnos que llegamos al día de hoy con una deuda enorme y con el aborto clandestino. Por muchos motivos, que aquí no detallé, pero entre los cuales las falsas dicotomías sobre las ideas de justicia hicieron su parte y operaron como la verdadera distracción. La justicia es, como sostiene Fraser, re-distribución, re-conocimiento y re-presentación. Y por ello, vamos por todas las RE juntas y al mismo tiempo.
María Florencia Bottazzi
Licenciada en Ciencia Política y estudiante de la Maestría en Derechos Humanos y Democratización (CIEP- UNSAM)
[1] https://www.pagina12.com.ar/210914-aborto-a-un-ano-de-la-votacion-del-8-a-en-el-senado
[2] https://www.lanacion.com.ar/politica/el-peligro-de-aumentar-nuestra-deuda-interna-nid2154687
[3] https://www.nytimes.com/es/2018/05/29/opinion-pozzo-debate-aborto-argentina-activismo-feminista/
[4] Mouffe, Chantal, La paradoja democrática, Gedisa, Barcelona, 2003
[5] Fraser, Nancy, La justicia social en la era de la política de identidad: redistribución, reconocimiento y participación, Revista de Trabajo • año 4 • Número 6 • Agosto – diciembre 2008.
[6] Esta idea se puede encontrar en Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva. Silvia Federici, 2004.
Bibliografía
- Fraser, Nancy, La justicia social en la era de la política de identidad: redistribución, reconocimiento y participación, Revista de Trabajo • año 4 • Número 6 • Agosto – diciembre 2008.
- Federici, Silvia, Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva, Traficantes de sueños, Madrid, 2010
- Mouffe, Chantal, La paradoja democrática, Gedisa, Barcelona, 2003
Notas periodísticas
https://www.pagina12.com.ar/210914-aborto-a-un-ano-de-la-votacion-del-8-a-en-el-senado
https://www.lanacion.com.ar/politica/el-peligro-de-aumentar-nuestra-deuda-interna-nid215468
www.nytimes.com/es/2018/05/29/opinion-pozzo-debate-aborto-argentina-activismo-feminista/
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