Mes de marzo en Argentina. La memoria, verdad y justicia en clave de la lucha LGBTIQ+: Del Día internacional de la mujer al Día Nacional de la memoria, la verdad y la justicia.
On 22/03/2022 by adminMarzo, es un mes de mucha reflexión en la Argentina, en donde sus habitantes se ven atravesadxs por dos días sumamente importantes. Por un lado, el 8 de marzo, en el que reivindicamos los derechos de las mujeres y disidencias, partiendo desde una lucha contra el patriarcado y la heteronormatividad vigente, tanto a nivel nacional como internacional. Por otro lado, el Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia, es la conmemoración de la última dictadura cívico-militar argentina ocurrida entre los años 1976 a 1983.
A partir de esto, se destacan algunas cuestiones vinculadas a la memoria, la verdad y la justicia de las personas pertenecientes a comunidades LGBTIQ+, desde una perspectiva latinoamericana.
Kaufman (2016) menciona que durante el transcurso de siete años de dictadura se alternaron cuatro presidentes distintos, se emprendió una guerra torpe y funesta que terminó en derrota catastrófica y a los pocos meses de su inicio, ejercieron su resistencia madres de desaparecidos frente a las cuales fue creciendo la erosión del régimen sin que pudieran neutralizar un movimiento que adquirió estatura mundial. Todo ello sin perjuicio de haber verificado uno de los dispositivos de terror, censura y barbarie más atroces de que se tenga registro.
Este mismo autor explica también, que el acontecimiento de la desaparición de personas tenía como una de sus notas distintivas la completa omisión de toda referencia pública o institucional por parte del Estado responsable respecto del destino de los desaparecidos –omisión que se mantuvo hasta el presente por parte de los perpetradores- (Kaufman, 2016). Es entonces que sobre ese plano se incidió un movimiento social emergente ejemplar como es el de las Madres de Plaza de Mayo (como parte de un espacio social más amplio y creciente), a partir de una demanda de paradero hacia una institución estatal que se manifestaba como casualmente ajena y sin respuestas frente a los requerimientos planteados. El marco de la movilización social por el destino de los desaparecidos dio lugar al surgimiento inédito y radical de un manantial de producción de significaciones que atravesó a la sociedad argentina hasta la actualidad, y la proyectó en el escenario global en un sentido ejemplar en relación con las problemáticas de memoria y derechos humanos.
Resulta relevante además, destacar algunas cuestiones propuestas por Delfino (2017), quien menciona que tanto en Argentina y en América Latina, los movimientos por los derechos de la diversidad sexual se inscriben en las luchas contra la represión en nuestro continente. Esto es una singularidad de estos movimientos respecto del resto del mundo. Al historizar dictadura y genocidio, hay una distinción importante -y siempre lo menciona Flavio Rapisardi (activista LGBTI y Doctor en Comunicación) cuando habla de las luchas en la clandestinidad de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans y travestis. A diferencia de Estados Unidos o Europa, los movimientos por la diversidad sexual resaltan algo propio de nuestra región: que la represión y exclusión no solo producen pobreza sino también proscripción política. Los códigos contravencionales y de faltas, los edictos policiales, son algunos de los modos en que un Estado liberal conservador busca desarticular las formas de organización política. Mientras en otros lugares del mundo, los derechos de las personas LGBTI se viven como reclamos por las libertades individuales, en Argentina y América Latina son derechos contra la represión y la exclusión. Luchamos por la emancipación colectiva. A partir de 2003, el Estado argentino reconoce las demandas sostenidas durante años por el movimiento de derechos humanos a partir de reconocer su responsabilidad en la planificación del genocidio. La lucha de las personas LGBTI también se inscribe en ese proceso de Memoria, Verdad y Justicia, por eso es que son 30.400 desaparecidxs, y no solamente 30.000.
A su vez, Delfino (2017) menciona que en la marcha internacional de mujeres del #8M una de las estrategias para la represión que se realizó horas después, fue esgrimir que los vecinos se habían quejado por vendedores de droga en una esquina, cuando se trató claramente de una persecución que combinó la identificación con haber estado en una marcha con la discriminación de género. Y así como las luchas por los derechos humanos se inscribieron en luchas regionales, la represión también: por ejemplo, Plan Cóndor. La lucha por Memoria, Verdad y Justicia siempre fue regional y territorial. Porque la represión nunca es excepcional sino planificada, acompaña un modelo de Estado y económico. El neoconservadurismo convoca a un sentido común en que la discriminación, enunciada por el Estado mismo, implica al sentido común en la incitación a la violencia contra esos grupos. Lo vemos en Estados Unidos con Donald Trump, el enunciado denigrante contra personas trans y migrantes, por ejemplo. O cuando Mauricio Macri apela a «una cárcel para migrantes». Por eso los movimientos LGBTI ponen tanto acento en hacer visible la represión planificada y la construcción de representaciones donde los colectivos aparecen «habilitados» o «inhabilitados» para la vida en común.
Delfino (2017) a su vez, señala que es el caso de la noción de identidad de género y de matrimonio igualitario, las cuales generaron un cambio histórico. Y esto es porque la identidad de la patria es otra. Llegar a la plena ciudadanía no es solo eliminar obstáculos sino cambiar la historia colectiva. Y no hay una identidad homogénea, única y estable sino una identidad construida por prácticas y luchas en común. Del mismo modo que las luchas por la recuperación de la identidad de bebés, niñas y niños apropiados hay una articulación a través de la identidad colectiva. Madres y Abuelas nunca sostuvieron un derecho a la recuperación de identidad solas ni en términos de patriarcado o de familia: se trataba -se trata- de recuperar la historia. La que construimos en común. La que escuchamos en los juicios. Los hijos plantean el recuperar o conocer su identidad que no fue un momento simple ni instantáneo. Como no lo es para la persona trans que cambia su nombre. Se trata del reconocimiento de parte del Estado y la Justicia de que todas las personas tenemos derecho a una identidad compleja y construida a través de luchas colectivas.
Partiendo de un contexto mundial, más específicamente latinoamericano, resulta importante destacar que hoy en día, la República Argentina reconoce la igualdad en dignidad y derechos de todas las personas independientemente de su orientación sexual, identidad y expresión de género, lo que nos ubica entre los países que están a la vanguardia en el reconocimiento de los derechos humanos de la población LGTBI.
Se presentan diferentes marcos normativos que acompañan el cumplimiento de los derechos humanos de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+. Algunas de ellas se destacan a continuación:
La Ley de Matrimonio Igualitario (N° 26.618) fue sancionada el 15 de Julio de 2010 y constituye una reforma parcial del Código Civil de la Ley del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas (Ley N° 26.413) y de la Ley del Nombre (Ley N° 18.248).
El Decreto de Necesidad y Urgencia de reconocimiento igualitario para hijos e hijas nacidos antes del matrimonio igualitario (DNU N° 1006/2012). En Argentina, antes de la sanción del matrimonio igualitario existían cientos de familias comaternales (con dos mamás), cuyos hijos e hijas habían sido inscriptos/as como hijos o hijas de una de sus madres. Luego de la ampliación del matrimonio a las parejas del mismo género, los registros civiles se negaron a completar las actas con los datos de la otra madre. El Decreto de Necesidad y Urgencia N°1006, firmado y puesto en práctica en el año 2012, se basó en “estrictas razones de igualdad” para equiparar los derechos de los niños y niñas nacidos antes de la ley de matrimonio igualitario con los nacidos después. Esto permitió emitir nuevas actas de nacimiento completando los datos de ambas madres y el doble apellido.
La Ley de Identidad de Género (Nº 26.743) del año 2012 fue un paso fundamental para la visibilidad, identidad e inclusión de las personas trans. Algunos de sus aspectos principales fueron: de acuerdo con la ley, las personas travestis, transexuales, transgéneros y hombres trans tienen derecho a que se les reconozca su identidad de género y a recibir un trato digno. La ley incorpora el derecho fundamental de toda persona al reconocimiento de su identidad de género, a ser tratada de acuerdo con ella, a ser identificada de ese modo en la Partida de Nacimiento y en el Documento Nacional de Identidad (DNI). Dispone que en ningún caso se podrá exigir como condición para eso una intervención quirúrgica, terapia hormonal, tratamiento psicológico o médico.
La Ley de Cupo Laboral Trans (N°27636) del año 2021 menciona que toda persona travesti, transexual o transgénero tiene derecho al trabajo formal digno y productivo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo, sin discriminación por motivos de identidad de género y/o su expresión.
Si bien se presenta un marco normativo que acompaña el respeto por la diversidad de género en clave de derechos humanos, continúa la lucha por el reconocimiento de aquellas personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ que fueron desaparecidas en la última dictadura militar.
En “Travestis y trans, las víctimas invisibilizadas del terrorismo de Estado”, una nota en el diario Página 12 el 06/03/2022, se menciona el caso de Valeria del Mar Ramírez, quien es la primera trans cuya persecución, secuestro y abusos durante la última dictadura es tenida en cuenta como “caso” en un juicio por delitos de lesa humanidad: el que revisa los crímenes de las Brigadas de Quilmes, Banfield y Avellaneda. También es la primera trans querellante en estos procesos. La primera y la única, por ahora. Se menciona también, que, si bien es muy difícil tener una cifra acabada y final de aquelles que padecieron delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar eclesiástica, “en el caso de travestis y trans se dificulta aún más ya que se trata de personas que, en su inmensa mayoría, no tenían familiares que las buscaran al momento de ser secuestradas. Dificulta también el hecho de las identidades, ya que si de alguna manera eran registradas en listas o libros de ingreso, lo eran con la identidad asignada al nacer. Y además, las que sobrevivieron, tienen una historia de exclusión y discriminación social que hace muy difícil que denuncien”, apuntó la auxiliar fiscal Oberlin, actualmente representante del Ministerio Público en el juicio de las Brigadas.
Esta lucha es para visibilizar la persecución que sufrieron entonces y la indiferencia que aún sufre hacia sus identidades. Es responsabilidad de todxs contribuir con la ampliación de derechos humanos de la comunidad LGBTIQ+, reivindicar a las personas pertenecientes a dicha comunidad desaparecidas en la última dictadura militar, acompañar en la militancia la memoria, la verdad y la justicia y seguir construyendo un marco inclusivo en la sociedad.
Desde este ángulo, corresponde señalar que los derechos humanos no deben pensarse simplemente como normas jurídicas, puesto que nos remiten también a discursos morales que refieren a aquellas conductas que deben ser consideradas como apropiadas (Ansolabehere, 2021). Teniendo en cuenta entonces estas últimas reconsideraciones discursivas, será cuestión de esperar y ver de qué forma se materializa lo contrastado en su ‘opositora’ agenda de gobierno.
Iara Margalit Waisberg
Licenciada y profesora en Ciencias de la Educación (UNSAM). Diplomada en Educación Sexual Integral (UNSAM) y en Genocidios y crímenes contra la humanidad (UBA), estudiante de la maestría en derechos humanos y democracia para América Latina y el Caribe (CIEP- UNSAM)
Referencias
Delfino, Silvia, (2017) La lucha LGBTI también se inscribe en el proceso de memoria verdad justicia, agencia presentes. Disponible en:
“La lucha LGBTI también se inscribe en Memoria, Verdad y Justicia” – Agencia Presentes
Kaufman, Alejandro: (2016), Posdata: “Nunca más: la experiencia colectiva”, en Memoria y derechos humanos. Continuidades, vigencia y presente del “Nunca más, María Sonderéguer y Alejandro Kaufman (compiladores), Bernal, Editorial Universidad Nacional de Quilmes (disponible en https://revistaharoldo.com.ar/nota.php?id=185
Documento del Gobierno Nacional: Diversidad sexual y derechos humanos Sexualidades libres de violencia y discriminación. Disponible en: Diversidad sexual y derechos humanos
Travestis y trans, las víctimas invisibilizadas del terrorismo de Estado (2022) Disponible en: Travestis y trans, las víctimas invisibilizadas del terrorismo de Estado | “Nosotras éramos NN antes de desaparecer” | Página12