Los actuales retos democráticos en América Latina

En el presente artículo se sistematizan algunos de los principales retos que actualmente enfrenta la democratización en América Latina. Se trata de “retos democráticos” y no “retos de las democracias”, en tanto puede resultar controvertido asumir que los países que conforman el continente americano se encuentran en una misma etapa o transitan una misma senda hacia -o a través de- la democracia. Por ello, se trata de señalar cuáles son los retos que, a pesar de las diferencias en sus sistemas políticos, enfrentan hoy grosso modo los países latinoamericanos.

Como retos actuales en materia de democracia se pueden mencionar los siguientes:

1. Llevar a cabo reformas administrativas en los aparatos estatales que permitan mayor transparencia de la función pública, normalicen la rendición de cuentas y promuevan la participación ciudadana, todo ello bajo los parámetros de un Estado de derecho.
2. Realizar las mejoras y las adaptaciones legislativas necesarias para garantizar el respeto a los derechos humanos como una de las finalidades inalienables de cualquier sistema político, es de especial relevancia consignar esa finalidad a nivel constitucional.
3. Promover una cultura partidaria adecuada a diferentes formas de participación popular, sin desmedro de los mecanismos de representación tradicionales. Ello debe tender, además, a posicionar las formas de democracia participativa como mecanismos no excluyentes de la democracia representativa.
4. Fortalecer la participación sustantiva con respecto al género, lo que implica no solo la inclusión en pie de igualdad de las mujeres en los procesos electorales, sino la designación equitativa en espacios de toma de decisiones para hombres, mujeres y personas de la comunidad LGBTI.
5. Respetar los mecanismos de representación, participación y decisión política de los pueblos originarios, lo que a su vez requiere de marcos jurídicos, políticos y organizativos que garanticen la autonomía de las comunidades indígenas en el contexto de Estados nacionales diversos.
6. Fomentar la participación de grupos tradicionalmente excluidos de la toma de decisiones en el aparato estatal, como es la niñez, la adolescencia, las juventudes, las personas con discapacidad, las comunidades migrantes, entre otras poblaciones en condición de vulnerabilidad.
7. Gestionar una regulación adecuada, plural y transparente de las tecnologías de la información y la comunicación que sea compatible con las libertades y garantías democráticas, pero que minimicen la difusión de mensajes que atenten contra la democracia misma.
8. Ampliar la intervención estatal para la regulación de la iniciativa privada en el ámbito económico, de forma que la actividad económica no comprometa el ejercicio y goce de derechos humanos sino, por el contrario, tienda a garantizar los bienes, servicios y otros elementos fundamentales para una vida con dignidad.
9. Desarrollar mecanismos de regulación económica para garantizar la sostenibilidad intergeneracional de la dotación de recursos naturales, sin la cual se compromete de forma grave el desarrollo económico y social, la preservación ambiental y la participación política de la población.
10. Fortalecimiento de la articulación interestatal para la cooperación, el fortalecimiento institucional con un enfoque de derechos humanos, el abordaje democrático de problemáticas comunes y controversias (por ejemplo, en materia de medio ambiente), el desarrollo de formas de intercambio transnacional centrado en las necesidades de los pueblos, entre otros aspectos.

Los diez puntos mencionados no agotan los retos que en su diversidad tienen hoy por hoy los diferentes sistemas políticos latinoamericanos para lograr transitar hacia la democracia, fortalecer las ya existentes, o crear nuevos derroteros bajo la premisa del mayor poder posible para la mayor cantidad de gente posible, con la perspectiva de garantizar la mayor cantidad posible de derechos. Sin embargo, puede ser un decálogo que sirva de piso mínimo para la discusión acerca del trabajo político e institucional en el contexto actual, caracterizado, entre otras cosas, por la acometida global de las extremas derechas que, pese a formar parte del abanico político-partidario tradicional, amenazan como nunca antes los modestos avances democráticos de la región.

Alberto Quiñónez Castro

Investigador en derechos de la niñez y la adolescencia. Egresado de la Maestría en Derechos Humanos y Democratización (CIEP-UNSAM).