Las decisiones democráticas valen más que el oro
On 13/01/2020 by adminMendoza
“Que su primer deber es garantizar la paz social y no quiere que los violentos ganen este debate”, dice en conferencia de prensa del 26 de diciembre Rodolfo Suarez, el gobernador recientemente electo de la provincia de Mendoza. Llegando casi el 2020, su discurso suena a siglo XIX, y no se priva de algunas frases polémicas tal que como se trata de una ley que se acaba de promulgar no está vigente, porque aún no está reglamentada.[1] “Los mendocinos llevamos el cuidado del agua en el ADN”, dicen, por el contrario, las y los ciudadanos en las multitudinarias manifestaciones que se produjeron estos días en los edificios públicos y las rutas de toda la provincia.
Mendoza, que pertenece a la región geográfica de Cuyo, fue la primer provincia argentina en contar con una Ley General de Aguas, en 1884. Se trata de una regulación detallada, que se robusteció luego con la Constitución Provincial de 1916. Ya en 2007, se promulga la ley 7722 de 2007 de Prohibición de Sustancias Químicas, que también protege el agua al prohibir el uso de sustancias químicas como el cianuro en los procesos mineros metalíferos. Desde su sanción y hasta la actualidad, esta norma fue atacada por empresas mineras ante la Suprema Corte provincial, que han pedido en diez oportunidades –sin éxito- que se declare la inconstitucionalidad de la misma.[2]
La primer acción de Suarez como gobernador de la provincia fue llevar a la legislatura el proyecto de la actual ley 9209 que modifica la ley 7722. A pesar de que la ciudadanía mendocina se movilizó de forma multitudinaria desde ese momento, la ley fue sancionada en la legislatura y promulgada por su gobernador, en un procedimiento que sorprendió por su celeridad. Como las manifestaciones no cesaron, el gobernador comunicó en conferencia de prensa que convocaría a un debate público antes de reglamentar la ley.
Visiones de la democracia y la pregunta por el ministerio de ambiente
En un diciembre lleno de cambios en los direccionamientos políticos del Estado argentino, debido al triunfo electoral del Frente de Todxs, lo que ocurre en la provincia de Mendoza profundiza la pregunta sobre el modelo de país que los argentinos queremos construir. El gobernador mendocino, que pertenece al espacio Juntos por el Cambio (del saliente gobierno de Mauricio Macri), respalda sus decisiones en haber sido recientemente electo por la ciudadanía y deslegimita las protestas sociales indicando que generan miedo en la población sin argumentos y son llevadas adelante por grupos violentos. En forma algo irónica, agrega, que “aparentemente” la sanción de la 9209 no tendría legitimidad social y por eso propone no regularla hasta que se profundice el debate.
En su decir y actuar, el gobernador Suarez muestra que su visión de la democracia está estrechamente relacionada al ejercicio del derecho político al voto ignorando que protestar es un derecho que nos permite acceder a otros derechos. Y debe saber, además, que el derecho a un ambiente sano es fundamental para proteger la vida nuestra y de las futuras generaciones. Y en este sentido, tal vez deba saber también que el derecho ambiental trajo muchas novedades a la forma de pensar la política y tomar las decisiones, pues entre sus cimientos están el acceso a la información pública, la participación ciudadana y el acceso a la justicia. Principios que, vale decir, deberían aplicarse a cualquier tema de gobierno.
No es Suarez el único que debe aprender derecho ambiental, claro. Las cuestiones ambientales no pueden ni deben decidirse solo en el ámbito provincial como si los ríos o los ecosistemas terminaran con cada jurisdicción.[3] La política ambiental argentina se enmarca en el llamado “federalismo de concertación”, en el cual la nación estipula presupuestos mínimos de protección ambiental para ciertas actividades y las provincias pueden aumentar la protección y regular en sus detalles (como se ha hecho, por ejemplo, con los glaciares y los bosques). El Ministro de Ambiente, Juan Cabandié se ha pronunciado recientemente con su preocupación sobre la situación mendocina. Un buen pero tardío gesto que también nos pregunta, si queremos construir “democracia para siempre” y “patria para todxs”, ¿no deberíamos empezar a preocuparnos por la cuestión ambiental seriamente? Por ejemplo, sería deseable que se siguiera en este Ministerio el mismo criterio que en otros: poniendo a cargo de la cartera a una persona que tenga alguna trayectoria en el tema.
Las venas abiertas
Lo que se puso en cuestión en las calles mendocinas fue quién decide sobre sus recursos: si sus representantes son representantes de la voluntad popular, o si son representantes de los intereses de la megaminería. La situación provincial es un ejemplo y un reflejo de problemáticas que se repiten a nivel nacional y también latinoamericano, y que refiere a la soberanía de nuestros territorios.
La cuestión ambiental resulta central de las luchas por la vida y la democratización social en toda América Latina, en nuestro continente, en el que el capitalismo avanza por desposesión. Quienes compartimos vivencias latinoamericanas, sabemos que las y los defensores de derechos humanos y entre ellos las y los defensores de la tierra, el agua y el ambiente están expuestos a peligro hasta de muerte. La cuestión ambiental, es también, un talón de Aquiles para la oleada de gobiernos progresista que tuvimos y tenemos. Una tensión siempre presente en países que intentan gobernar independientemente de las presiones de otros países y de empresas transnacionales, pero que caen muchas veces en obtener de allí determinadas rentas. Se trata entonces, de seguir trabajando para tomar decisiones humanas, democráticas y soberanas.
Paula Cardella
Abogada y Magister en Derechos Humanos y Democratización (CIEP- UNSAM)
[1] Aunque el gobernador no sepa aún cuáles son las consecuencias de sus actos, cuando él promulga una ley, ésta adquiere vigencia aunque no la reglamente. En el derecho argentino, que una ley no esté reglamentada no obsta a su vigencia y por lo tanto, a su exigibilidad.
[2] Lo mismo que estas megaempresas mineras han hecho con la ejemplar Ley de Glaciares.
[3] Un caso testigo es el del Río Atuel, del cual Mendoza tan celosa cuidadora de sus propios recursos, privó a su provincia vecina de La Pampa.
Referencias
PROYECTO DE MODIFICACIÓN DE LA LEY Nº 7.722: NI ASPECTOS AMBIENTALES, ECONÓMICOS, SOCIALES O JURÍDICOS. ¿ENTONCES QUÉ? https://farn.org.ar/archives/27359?fbclid=IwAR2vW5hj-VcPW7FtxpeXSNrj4MCDT5Y8JT5HiAoK2nIJXD5dRDbaM4hIm88
Conferencia de Prensa del gobernador Suarez https://www.youtube.com/watch?v=bC6XyDeMLVc&feature=youtu.be&fbclid=IwAR333H7I6VtRoRAD6yMdZcTqYwu2KYOQfw9tSlc08cIDNovfCS6yuR4g5Ms
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