Elecciones en la OEA: ¿Viraje o continuidad del asunto Venezuela?
On 18/03/2020 by adminEl próximo 20 de marzo, los 34 Estados Miembros activos de la Organización de Estados Americanos (OEA) deberán elegir entre la continuidad o el cambio del liderazgo en la organización. De acuerdo a la Carta de la OEA[1] la elección del Secretario General será para un período de cinco años y con opción a ser reelecto solo una vez.
El período del uruguayo Luis Almagro, actual Secretario General, está llegando a su fin y, tanto para ser reelecto, como para que alguna de las otras candidaturas pueda acceder al cargo, deberá alcanzar una mayoría simple de votos, lo cual implica alcanzar 18 de los 34 posibles.
Procedimentalmente la elección está descrita en el reglamento de la Asamblea General[2]. De acuerdo con este, la elección deberá ser secreta y se podrán dar, en caso de que ninguno de los dos candidatos más votados en la primera votación alcance la mencionada mayoría simple, un total de cinco votaciones. Luego de esto si no resultase electo ninguno de los candidatos se reiniciará el proceso desde la presentación de los candidatos.
La región y el asunto Venezuela
En la última mitad de la década, el continente americano ha atravesado procesos sociales y políticos que han trastocado la estabilidad en la región. Como resultado de estos han surgido nuevos asuntos que la comunidad internacional en el marco de la OEA ha debido priorizar algunos en la agenda. Dichas cuestiones tienden a complejizarse en la medida que se yuxtapongan los intereses de los distintos Gobiernos. Como consecuencia directa del incremento de tensiones está la dificultad para construir acuerdos y, finalmente, tomar decisiones.
Un ejemplo que evidencia estas tensiones en la construcción de consenso en la OEA es el “asunto Venezuela”. El privilegio de tratamiento que ha recibido en la agenda de la organización ha sido motivo de debates polarizadores. En este sentido, de cara a las próximas elecciones, el posicionamiento que los candidatos a la Secretaría General tomen respecto a este asunto será determinante para su elección.
Ahora bien, el asunto Venezuela no debe pensarse únicamente en términos geopolíticos o de política internacional, sino que es importante considerar la crisis humanitaria a través del fenómeno migratorio. Las políticas domésticas de los países receptores de migración resultan un importante reto a la gobernabilidad. La política exterior de estos países debe buscar una respuesta o “solución” a este asunto tan pronto como sea posible.
El privilegio que la OEA le da en su agenda al “tema Venezuela” hace que se dejen de tomar en consideración otros temas que también son importantes para la región. Para muchos Estados caribeños, esta, es una de las razones para cuestionar el papel asumido hasta ahora por la OEA y su Secretario General.
Para el próximo 20 de marzo se han presentado tres candidaturas para el liderazgo de la organización. El análisis comparativo de esta nota será en función de las propuestas de éstos en relación al asunto Venezuela. Este viraje o continuidad se expresa en tres niveles: el papel o capacidad del Secretario General, la configuración de la agenda y el accionar general de la OEA.
Los candidatos
Luis Almagro
El actual Secretario General y candidato a la reelección anunció en 2018 que su candidatura contaba con el apoyo de Estados Unidos y de Colombia. Su gestión se desarrolló bajo el lema “más derechos para más gente”. En este sentido, su gestión consiste en la creación del Departamento de Inclusión Social y la superación de una crisis presupuestaria. Sin embargo, su principal éxito ha estado en retomar la preponderancia de la organización como foro político regional a medida que foros como la UNASUR y la CELAC[3] fueron perdiendo fuerza. Logró imponer la relevancia de la OEA y su protagonismo personal.
Se ha posicionado abiertamente respecto a ciertos temas y ha sido muy crítico de Gobiernos que no considera democráticos. Ahí es donde se encuentra el asunto Venezuela como la punta de lanza de la gestión. El papel desempeñado por la OEA ha sido trascendental para la sociedad civil en general, y la oposición venezolana en particular, en términos de visibilización de las violaciones de derechos humanos, del cabildeo respecto a la presión internacional contra Nicolás Maduro y la construcción del reconocimiento y apoyo a Juan Guaidó.
Las críticas a la gestión del uruguayo están relacionadas precisamente por ese protagonismo y la toma de postura con las que ha conducido a la organización; casos como Venezuela y, más recientemente, Bolivia, le han generado duras críticas por parte del gobierno mexicano y de algunos países caribeños. El grupo de países que apoya su candidatura son, en general, aquellos que se han alineado con su manejo del asunto Venezuela. Estos países son, al igual que Almagro, duramente críticos, políticamente activos contra del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y los mayores receptores de la migración venezolana.
María Fernanda Espinosa
La de la ecuatoriana es otra candidatura que no fue postulada por su país de origen. Sin embargo, se muestra como la candidata del CARICOM[4] al ser postulada formalmente por Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas. México, que hace pocos meses asumió la presidencia de la CELAC le brindó un amplio espacio de visibilidad a la diplomática en este foro regional -el cual excluye a los Estados Unidos y a Canadá-.
El currículum que presenta Espinosa incluye haber sido ministra de Relaciones Exteriores, Patrimonio Cultural y Natural y Defensa Nacional de Ecuador. Entre 2018 y 2019 fue la primera latinoamericana en presidir la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Su propuesta busca la “revitalización” de la organización. Planteó la creación de un código de ética para el Secretario General en consonancia con su perfil de burócrata diplomática apegada al manual. Se busca distanciar de Almagro agregando que no promoverá ideologías personales.
Sobre el asunto Venezuela Espinosa acusa la agenda de “monotemática” y propone darle fin para prestarle atención a otros temas importantes para la región. Parece apostar a que la solución sea política, pero al margen de la OEA.
Hugo De Zela
Finalmente, La candidatura del peruano es la única de las 3 que cuenta con el apoyo de su país. De Zela se ha desempeñado como diplomático en Brasil, Argentina y los Estados Unidos. Fungió como director para América del Ministerio de Relaciones Exteriores y trabajó durante muchos años en la OEA, particularmente importante, como jefe de gabinete de dos Secretarios Generales.
Su propuesta para el papel del Secretario General consiste, al igual que Espinosa, en no plantear una agenda propia y buscar ser un interlocutor creíble para que los Estados construyan la agenda de la organización. Para De Zela, el asunto Venezuela debe abordarse descomprimiéndolo de la agenda de la OEA. A pesar de haber sido el creador del Grupo de Lima, la propuesta del peruano se basa en que, para resolver el problema de la polarización, la organización debe buscar establecer un “diálogo efectivo” para resolver la crisis en Venezuela rechazando cualquier posibilidad del uso de la fuerza.
Los más cercanos a la oposición venezolana pueden ver en esta candidatura atisbos de lo que fue la gestión de José Miguel Insulza -del que fuera su jefe de gabinete-. De Zela se busca posicionar como un medio entre dos candidaturas más polarizadas, sin embargo, el escenario más probable es que solamente cuente con el voto de Perú.
Vicente Albornoz
Licenciado en Relaciones Internacionales (Universidad Central de Venezuela) y estudiante de la Maestría en Derechos Humanos y Democratización (CIEP- UNSAM)
[1] Art. 108.
[2]Art. 73; 74; 75.
[3]En el apogeo de la izquierda en la región fue creada en 2007 la Unión de Naciones Suramericanas “UNASUR” que se encuadró en la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América “ALBA”. Sirvió de contrapeso a la OEA para defender a los gobiernos de izquierda. El bloque perdió fuerza debido al agotamiento de sus líderes políticos que llevó al retiro de la mayoría de los países que lo integraban. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños “CELAC” se creó en 2010 buscando extender el esfuerzo de la UNASUR al resto de países de América excluyendo únicamente a Estados Unidos y Canadá.
[4] La Comunidad del Caribe “CARICOM” es una agrupación de veinte países multilingües que cuyo idioma principal es el inglés complementado por francés y holandés. Se extiende desde Las Bahamas en el norte hasta Surinam y Guyana en América del Sur. Lo conforman países en su mayoría insulares y con distintos niveles de desarrollo.
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